Quien es NYARLATOTHEP

 Nyarlathotep, el Caos Reptante es un Dios Exterior recurrente en Los Mitos de Cthulhu. Aparece en un gran número de sus relatos y se desconoce cuál es su forma original, pues adopta una apariencia u otra en función de sus propósitos. Hizo su debut en el poema Nyarlathotep, siendo Las ratas en las paredes el primer relato en que se alude a él.



Robert M. Price sugiere que el nombre de Nyarlathotep pudo haber sido subconscientemente sugerido a Lovecraft por dos nombres inventados por lord Dunsany, un autor al que él admiraba: Alhireth-Hote, un falso profeta de Los Dioses de Pegana y Mynarthitep, un dios descrito como "furioso" en su El Lamento de la Búsqueda.


Nyarlathotep, tal como se escribiría en egipcio (grafía de época ptolemaica)


Nyarlathotep es uno de los pocos dioses de Los Mitos que puede actuar libremente pues, a diferencia de la mayoría de sus compañeros, logró escapar del poder del Símbolo Arcano que los Dioses Arquetípicos crearon con el fin de inhibir su poder. El comportamiento de Nyarlathotep es radicalmente distinto al de la mayoría de los otros súbditos de Azathoth pues, en vez de desear destruirlo todo a su paso, Nyarlathotep suele deleitarse causando miedo, locura y sufrimiento a los mortales e incluso puede interactuar con ellos para que le ayuden a satisfacer sus retorcidos deseos, generalmente recurriendo al engaño. A veces puede otorgar privilegios a sus seguidores, pero cuando le hace un favor a alguien suele hacerlo con una segunda intención, habitualmente perversa. Incluso puede servirse de un aspecto humano y emplear nuestro lenguaje, como ocurre en el relato Nyarlathotep.


El rol de Nyarlathotep consiste en servir de mensajero a los Dioses Exteriores y es también la mano derecha de Azathoth. Sin embargo, al carecer este último de inteligencia, Nyarlathotep puede aprovecharse de él fácilmente y utilizar su posición de emisario para garantizarse el miedo y el respeto de los demás seres del Cosmos.

Uno de los incontables apodos de Nyarlathotep es "el de las mil caras". Esto se debe a que se dice que mil son los diferentes avatares que utiliza Nyarlathotep. A continuación se da una lista de sus formas, junto con la región en la que suele verse, y notas extras. Las formas han sido extraídas de historias, del juego de rol La Llamada de Cthulhu y de fuentes no oficiales.




En una carta de 1921 a Reinhardt Kleiner, Lovecraft le relató un sueño que había tenido -descrito como "la pesadilla más horrible y realista que he tenido desde los diez años"- que sirvió como base para su poema en prosa "Nyarlathotep". En el sueño, recibía una carta de su amigo Samuel Loveman que decía:

"No dejes de ver a Nyarlathotep si viene a Providence. Es horrible -más horrible de lo que te puedas imaginar- pero maravilloso. Te atrapa durante horas. Todavía tiemblo al recordar lo que me mostró."

Lovecraft comentó:

"Nunca había oído el nombre Nyarlathotep anteriormente, pero parecía comprender la alusión. Nyarlathotep era una especie de showman o conferenciante ambulante que realizaba espectáculos públicos en los que extendía el terror y la discusión en sus exhibiciones. Estas exhibiciones consistían de dos partes -primero, una horrible y posiblemente profética historia cinemática y posteriormente experimentos extraordinarios con aparatos científicos y eléctricos. Cuando recibí la carta, me pareció recordar que Nyarlathotep ya estaba en Providence... y me pareció recordar que algunas personas ya me habían hablando de los horrores y me advirtieron que no me acercara... pero la carta de Loveman terminó por decidirme. Mientras dejaba la casa vi multitudes de hombres, pululando en la noche, todos susurrando y dirigiéndose en una dirección. Les acompañé, temeroso pero fascinado por acudir a ver y oír al gran, oscuro e impronunciable Nyarlathotep."

Nyarlathotep fue inspirado por un sueño de Lovecraft que, al ser puesto por escrito, dio lugar al relato homónimo, el primero de tantos en los que aparece Nyarlathotep. En él, este dios es descrito como un "hombre alto y oscuro" que se parece a un faraón egipcio -aspecto que posteriormente se asoció al Faraón Negro, uno de sus avatares-. En esta historia vaga por la Tierra, reuniendo legiones de seguidores mediante sus milagros y sus extraños artefactos, el narrador del relato entre ellos. Estos seguidores pierden la consciencia del mundo que los rodea, y a través del relato el lector percibe cómo el propio autor cae en el mismo estado. La historia termina cuando el narrador se convierte en un soldado del ejército de Nyarlathotep. Will Murray sugiere que esta imagen onírica de Nyarlathotep puede haber sido inspirada por el inventor Nikola Tesla, cuyas conferencias multitudinarias ofrecían experimentos extraordinarios con aparatos eléctricos y al que algunos consideraban una figura siniestra. Aunque como personaje de Lovecraft Nyarlathotep aparece sólo en cuatro relatos y un soneto (el soneto 21º de Hongos de Yuggoth que es en esencia una versión poética del relato corto "Nyarlathotep"), aparece mencionado en muchos otros, siendo la divinidad más recurrente en los escritos de este autor.

Avatares
















Es frecuente que en las tablas de avatares de Nyarlathotep se incluyan duplicadas algunas de las máscaras al citar erróneamente nombres que en realidad son solo apodos o nombres alternativos de estas. Dichos nombres son:

  • El Negro -abreviatura de El Hombre Negro-.
  • Amo del DesiertoDios del Desierto y Mensajero Oscuro de Karneter -apodos del Dios sin rostro-.
  • Dios Antiguo del Congo -otra forma de referirse a Ahtu-.
  • Simio ciego de la verdad (en inglés Blind Ape of Truth) -apodo de Toth, surgido por la corrupción del nombre "Simio ciego de Toth" (en inglés Blind Ape of Toth)-.
  • El Gran Mensajero -apodo del Mensajero de los Antiguos, aunque a veces sirve como apodo genérico de Nyarlathotep-.

Obras de Lovecraft

Nyarlathotep

Primer gran relato dedicado a este dios, aparece en su versión de Tesla-Nyarlathotep, embaucando y conduciendo a las masas hacia su perdición.



Las ratas en las paredes

Aquí se alude muy brevemente a Nyarlathotep, al que se describe como una deidad vinculada al mundo cthónico. Sin embargo, hay que señalar que la forma en que se alude a Nyarlathotep, como un dios ciego e idiota, es la que posteriormente caracterizará a Azathoth. Esto se debe al hecho de que es uno de los primeros relatos en los que aparece este dios y sus características aún no habían sido propiamente definidas. Puede indicar también que en un primer momento Lovecraft tenía pensado asignarle a Nyarlathotep el rol que finalmente le correspondería a Azathoth.



Los sueños en la casa de la bruja

Nyarlathotep aparece en la forma de El Hombre Negro y acompañado de Keziah Mason y su inseparable Brown Jenkin. El dios se oculta en las montañas y allí hace firmar a sus futuros adoradores en el Libro de Azathoth, empleando para ello la sangre de bebés recién inmolados.



La búsqueda onírica de la desconocida Kadath

"¡Hei! ¡Aa-shanta 'nygh! ¡Eres libre! Devuelve los dioses terrestres a la morada que poseen en la ignorada Kadath, y ruega a todo el espacio que jamás llegues a verme en ninguna de mis otras mil encarnaciones. ¡Adiós, Randolph Carter, y guárdate de mí, porque yo soy Nyarlathotep, el Caos Reptante!"

Nyarlathotep aparece como el antagonista principal de este relato, enviando a sus secuaces contra Randolph Carter. A él se opondrá Nodens que, desde las sombras y por medio de sus subordinados, tratando de entorpecer a Nyarlathotep en la medida de lo posible. De este relato se deduce la existencia de una rivalidad entre ambos dioses.



El que susurra en la Oscuridad

El nombre de Nyarlathotep es pronunciado con frecuencia por los mi-go en un ritual o alabanza, indicando que lo adoran u honran de alguna forma.



El Morador de las Tinieblas

Nyarlathotep es la entidad venerada por la Secta de la Sabiduría de las Estrellas, que recurría al Trapezoedro Resplandeciente para contactar con él. Robert Harrison Blake llegará demasiado lejos en sus investigaciones, lo cual acabará por enfurecer al propio dios, que se dispondrá a eliminarlo. Es notable que el avatar descrito en este relato teme a la luz.









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